Urgencia de una reforma integral a la salud en Chile
30 mayo, 2018
Por Carmen Celedón, Directora y Socia Consultora de Imaginaccion Consultores
El Contexto
En Chile no existe un sistema de salud que garantice una adecuada protección en salud a las personas. A pesar de los avances en derechos a la salud de la población que Chile ha impulsado en las últimas décadas, a través de las reformas al sector (derecho a piso de cobertura de arancel Fonasa y establecimiento del GES) aún tenemos un sistema de salud segmentado, con escasa transparencia respecto de los beneficios a los que tienen derecho las personas (cobertura de las prestaciones), tanto en los sistemas público, como privado de salud. Como es sabido el sector público de la salud presenta déficits financieros crecientes, enormes listas de espera y baja oportunidad de atención. Por su parte, el sistema privado – que fue objeto de detallado análisis por parte de la Comisión Asesora Presidencial conformada el año 2014 por el gobierno de Michelle Bachelet – presenta costos crecientes de las prestaciones y de los planes de salud de las Isapres y opera sobre la base de contratos individuales múltiples, complejos y poco transparentes para los usuarios.
Un reciente informe del CEP muestra que una de cada tres personas en Chile no puede pagar por atenciones médicas ante enfermedades graves y parte importante de este gasto es en medicamentos. La deficiente cobertura de los seguros de salud y los altos costo de resolución de enfermedades graves, así como, de los medicamentos son un delicado problema social que aqueja a la población adulta mayor. Es por ello que la salud está permanentemente en primer o segundo lugar como tema prioritarios para las personas en Chile, en todas las encuestas de opinión.
Esta situación es muy grave y está generando una presión social creciente sobre el sistema político porque Chile está experimentando un rápido envejecimiento de la población, debido a una baja tasa de natalidad y un aumento en la esperanza de vida de la población. De acuerdo al último CENSO, en 1992 las personas mayores de 65 años alcanzaban un 11,4% de la población y actualmente alcanzan a 20% (una de cada cinco).
El envejecimiento de la población con el consiguiente aumento de enfermedades crónicas o catastróficas implica un aumento en la demanda por prestaciones complejas, junto a la creciente necesidad de cuidados de largo plazo a una población adulta mayor no valente que está presionando fuertemente por mayores recursos para el sector de la salud.
Si bien el porcentaje de pobreza en el país ha disminuido desde alrededor de 40%, a inicios de los años 90, y hoy es alrededor del 10% de la población, a pesar de aquello, un porcentaje importante de chilenos vive aún en gran incertidumbre y riesgo de volver a la pobreza, ya sea por causa de una enfermedad grave, o por llegar a la edad de jubilación.
Por todas estas razones pensamos que una reforma al sector de la salud tiene hoy una alta prioridadpolítica en Chile.
Reforma a los seguros de salud:
En el ámbito de los seguros privados de salud (Isapres) la propuesta del gobierno de igualar las primas entre hombres y mujeres no resuelve los problemas existentes. Esta medida solo distribuye los costos actuales del sistema de otra manera.
Tampoco la solución es poner un tope a las utilidades de las Isapres, ya que con ello se eliminan los incentivos para atraer a los mejores profesionales a desempeñarse en un área tan requerida por la sociedad, pero además, se ha demostrado, que a lo más esta medida significaría repartir una cifra entre $5.000 y $15.000 pesos mensuales por cotizante en un sistema en el que el promedio del costo de los planes ya supera los $100.000.
Una reforma a las Isapres que resuelva los actuales problemas debe cumplir con las siguientes características:
- Que exista un plan de salud único al cual puedan acceder todos los habitantes del país por la vía del seguro público o los seguros privados. Esto implica mantener un sistema mixto de aseguramiento que pueda adquirir prestaciones tanto en la red pública como privada de prestadores. Esto implica avanzar hacia UN SOLO SISTEMA INTEGRADO DE SALUD.
- Que el plan de salud sea transparente, esto es, se conozcan con claridad las intervenciones (prestaciones) exigibles y la cobertura (% de reembolsos) a las cuales las personas tienen derecho.
- Que el financiamiento de los beneficios cumpla con lo planteado por la propuesta de la Superintendencia de Salud. Esto es, se establezca un financiamiento diferenciado para el plan de salud, para los cuidados de largo plazo orientados a preservar y mejorar la calidad de vida de los adultos mayores no valentes y otra fuente para cubrir las licencias médicas.
- Que el sistema sea financiado acorde a los principios de equidad y solidaridad esto es, las personas aporten según su capacidad y reciban acorde a su necesidad y que todos contribuyan, no solo los trabajadores formales.
- Que se avance hacia un sistema más integrado de salud con la integración de recursos y riesgos a través de un fondo mancomunado de recursos entre Fonasa y las Isapres. Esto permitiría la libre movilidad de las personas y una mayor sustentabilidad al sistema. Además, el fondo mancomunado y el ordenamiento del financiamiento por las distintas prestaciones de salud ayuda a la sustentabilidad del sistema y reduce la presión sobre los fondos públicos.
Reforma a la red de establecimientos públicos de salud:
Pero una reforma a los seguros de salud no es suficiente para avanzar hacia un mayor acceso a una salud de calidad y con oportunidad para las personas en Chile.
En el ámbito de los prestadores el principal obstáculo que observamos son los problemas de gestión de la red de prestadores públicos de salud, los que se expresan en déficts crecientes de recursos, que presionan sobre el presupuesto fiscal, y listas de espera tanto en patologías legalmente exigibles en su resolución (GES) y particularmente en las prestaciones no GES.
En esta materia postulamos dos reformas fundamentales:
1-. En el plano de la inversión en infraestructura hospitalaria y equipamiento postulamos avanzar por la vía de las concesiones que incluyan la mantención y reposición de infraestructura y equipamiento, lo que permitiría avanzar hacia una mayor modernización de la red pública de salud y reducir la brecha con las clínicas privadas.
2-. En materia de gestión, proponemos la creación de un holding de hospitales públicos con una institucionalidad similar a con la que hoy cuentan las empresas públicas del Estado (SEP).
Una reforma integral al sistema de salud no puede seguir esperando. Eliminar las ineficiencias del sistema en su actual funcionamiento es importante para moderar la escalada de costos de la salud que vastos sectores de la población no están siendo capaces de solventar, en particular la tercera y cuarta edad.
Estas ineficiencias están generando crecientes presiones sobre el presupuesto público y acumulando un creciente malestar social.