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UN VERANO NOTICIOSO
5 febrero, 2018

Sorpresa generaron algunas de las designaciones del Presidente electo para la conformación de su futuro Gabinete. Ello, porque la Administración entrante enfrentará a una sociedad pujante y compleja, y a un Parlamento cuya composición diversa y, en gran medida, renovada, requerirá arribar a grandes consensos si se desea avanzar en un nuevo proyecto político. De acuerdo a lo señalado por algunos dirigentes del actual oficialismo, las posiciones personales expresadas en el pasado por algunos de los futuros ministros, particularmente por los titulares de carteras como Relaciones Exteriores, Educación o de la Mujer, augurarían dificultades en tal sentido. Con todo, sin duda Sebastián Piñera logró dar un “golpe a la cátedra” con el nombramiento de Alfredo Moreno a la cabeza del Ministerio de Desarrollo Social y de la Familia (como se llamaría ahora), tanto por el peso político del designado, como por incluir dicha cartera en el Comité Político, prueba de su determinación por priorizar los temas sociales durante su futura Administración.


En otro frente, particularmente grave ha sido la situación generada en torno a la llamada operación Huracán, que ha puesto en entredicho el trabajo y la coordinación que debe existir entre dos instituciones claves como Carabineros y el Ministerio Público.
Entre tanto, el Gobierno trabaja intensamente para cerrar su Administración dejando lo más afianzadas posible reformas que, espera, constituyan su legado principal. En tal sentido, el despacho definitivo de la Ley de Eduación Superior, en el marco de la Reforma Educacional, sancionó la gratuidad y una mejor calidad con acreditación obligatoria. En el mismo cuerpo de ley se tipifica, además, el lucro en la Educación como delito y una mayor fiscalización con la creación de la Superintendencia y la Subsecretaría de la Educación.


Clave1: CHILE VAMOS CON VIENTO A FAVOR: Es evidente que el triunfo generó un nuevo aire en la centro-derecha. Si bien las designaciones para el Gabinete no fueron exactamente lo que los partidos proponían y esperaban, al menos públicamente todos se mostraron satisfechos y cerraron filas tras las decisiones del Presidente electo. Las palabras del futuro Mandatario respecto de que la eficacia de un gobierno se mide por sus logros, pero también por su capacidad de proyectarlos ha calado hondo en un sector que, sin duda, apuesta por alcanzar un segundo período de gobierno en esta ocasión. Sin embargo, en cuatro años suceden muchas cosas y nada se puede dar por garantizado. Si bien es cierto la centro-izquierda continúa sumida en una crisis de identidad profunda, que no parece dar luces de un pronto giro, ello no debiera tomarse como un cheque en blanco a la Administración entrante, pues los chilenos y chilenas transitan por una zona de absoluta desconfianza respecto de la política en general. Lo anterior significa que los ciudadanos estarán muy atentos a la concreción de la gran promesa del sector ganador: la llegada de “tiempos mejores”.


- Por cierto, Sebastián Piñera está determinado a marcar una diferencia sustantiva con su primera Administración. La designación de un equipo ministerial de experiencia en su mayoría, da cuenta de que tiene asumido que los tiempos son cortos y que, más que discursos, debe responder a una ciudadanía que le confió un giro y una oportunidad en la conducción del país, donde precisará ser capaz de mostrar resultados concretos.


- También es evidente que el futuro Mandatario ha resuelto poner como sello de esta gestión los temas sociales, abandonando la vieja marca de la derecha de priorizar por sobre todo el crecimiento económico. La decisión de integrar al Ministerio de Desarrollo Social en el Comité Político, así como el peso político del futuro titular de la cartera, resultan señales indiscutibles de su decisión de que este tema cruce la totalidad de las políticas públicas que implementará el futuro gobierno.
No obstante lo anterior y a pesar del ambiente positivo que reina en la centro-derecha y de los buenos propósitos de todos, las dificultades a sortear no serán pocas:


- El nuevo Parlamento constituye en si mismo un gran desafío. Su nueva composición generará también una dinámica nueva en la tarea de construir acuerdos sustentables. La cercanía con un sector de la Democracia Cristiana para algunas iniciativas, no alcanzará para afianzar un proyecto político que, al parecer, contará con la acérrima oposición de una buena parte de lo que hasta marzo constituye la Nueva Mayoría, como también de la nueva fuerza emergente - el Frente Amplio - cuyo manifiesto interés por proyectarse como alternativa de Gobierno determinará, con toda seguridad, posiciones muy poco colaborativas con la Administración de Sebastián Piñera.


- El paso del tiempo tiende a hacer olvidar las buenas intenciones iniciales. La experiencia sufrida por la Nueva Mayoría debiera ser un gran ejemplo de este desgaste y sus consecuencias. Bachelet llegó a La Moneda con gran legitimidad de las urnas, no obstante, el deficiente manejo de las diferencias internas y de los “matices” frente a iniciativas emblemáticas terminó por entregar una imagen de pérdida del liderazgo de la Mandataria entre las fuerzas que inicialmente comprometieron su apoyo, al necesario sentido de pertenencia al conglomerado. La lección es evidente: la unidad de la centro-derecha resultará indispensable para el objetivo planteado como fundamental por el Presidente electo, de proyectar el gobierno hacia un segundo período.


- El hecho de que el actual oficialismo profundice su dispersión y deterioro también constituye una dificultad para lograr acuerdos y apoyos básicos para gobernar. La crisis de la Democracia Cristiana marca el término de una era de entendimiento en la centro-izquierda. La tienda que liderara la transición post dictadura, atraviesa uno de los peores momentos de su historia y quienes aun parecen tener esperanza de corregir el rumbo –como Gutenberg Martínez y otros- se declaran en estado de “reflexión”, dando mayor suspenso a una dispersión en desarrollo. El Partido Radical, que aspiraba a contar con el liderazgo de Guillier para encabezar lo que será la oposición, ha visto como se desdibuja tal posibilidad. El PPD, en tanto, partido que también vivió una dura derrota electoral, aparece descabezado, con una directiva cuestionada por su gestión y en una revisión profunda de su identidad, como único camino para continuar, incluso, existiendo. En este escenario, la diáspora de los partidos del actual oficialismo, así como sus propios conflictos internos en cada tienda, parece profundizar las divisiones más que encontrar un camino común.


Clave2: MOMENTO DIFÍCIL PARA CARABINEROS Y LA FISCALÍA: Un abrupto fin de vacaciones vivió el General Bruno Villalobos, debiendo regresar al país y trasladarse de inmediato, por instrucción gubernamental, a la Región de la Araucanía, para enfrentar la crisis desatada por las acusaciones de una supuesta manipulación de pruebas en el caso conocido como Operación Huracán.
 

- Si bien el General Villalobos recibió el respaldo del Gobierno para, desde su cargo, ayudar al esclarecimiento de los hechos, lo cierto es que la situación producida torna aún más complejo el cuadro de desligitimación de las instituciones en general, que viene desarrollándose en el último tiempo. Ahora, al proceso de deterioro de la imagen de Carabineros, se suma la propia Fiscalía. Con todo, la resolución definitiva de este caso resulta fundamental, toda vez que ambas instituciones deberán seguir trabajando en coordinación en el futuro.


- Por otra parte, junto con el cierre de la Administración Bachelet, también se asoma el ciclo final de las causas que mantuvieron el interés público en el ámbito judicial durante más de la mitad del actual período presidencial, en relación al financiamiento irregular de la política. El acuerdo logrado por la defensa del desaforado Senador Iván Moreira en los Tribunales, no solo lo libera de ir a un juicio oral, sino que también restituye su derecho de ejercer como parlamentario. La resolución judicial que provocó controversia al interior del Ministerio Público, terminó con la renuncia de los fiscales Carlos Gajardo y Pablo Norambuena. No obstante las manifestaciones contrarias desde el sector querellante, la salida alternativa concordada para el Senador Moreira, podría eventualmente sentar jurisprudencia, ya que, tal cómo lo afirmó su defensa desde un comienzo, la falta en cuestión no sería constitutiva de delito.

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