SEÑALES DE UN CAMBIO DE MANDO
9 marzo, 2018
Este jueves 8 de marzo asumió, como es tradicional y lo dicta la ley, el primer funcionario del Gobierno de Sebastián Piñera. Rodrigo Ubilla se convirtió así en Subsecretario de Interior, reemplazando al saliente, Mahmud Aleuy. A horas de que asuma el nuevo Ejecutivo, el ejercicio de entrega del poder en cada ministerio se ha efectuado en un espíritu de amistad cívica y coordinación entre los Secretarios de Estado salientes y entrantes que se agradece, especialmente en tiempos en que la política chilena ha sufrido fuertes dosis de descrédito.
También por estos días, el premio Oscar obtenido por la película chilena Una Mujer Fantástica derivó en un efecto político virtuoso. La aplaudida cinta sobre el drama sufrido por su protagonista, una mujer transgenero en la historia y en la vida real, obligó a los más amplios sectores a reconocer la urgencia de contar con la Ley de Identidad de Genero, lo que fue incluso respaldado -pocas horas antes de asumir- por el propio futuro Presidente Sebastián Piñera.
En el ámbito judicial, tal como lo anticipáramos a fines de enero, diversas causas investigadas por financiamiento irregular de la política han comenzado un proceso de cierre. En este contexto se enmarcaría la decisión de la Corte Suprema de rechazar el desafuero y descartar dolo por parte del Senador Fulvio Rossi, con lo cual su defensa manifestó que estarían las condiciones para “solicitar el sobreseimiento definitivo de la causa”. Similar situación sería la de Santiago Valdés, ex administrador de la campaña de Sebastián Piñera en el 2009, en cuyo caso se estaría negociando una salida alternativa.
Clave1: LO QUE QUEDA Y LO QUE SE VA. El envío, en estas últimas semanas, de proyectos de ley emblemáticos para la Administración saliente y que tendrán que ser discutidos por el elenco parlamentario que comenzará a ejercer recién el próximo 11 de marzo, ha generado importantes controversias y críticas en Chile Vamos y también en un sector de la Nueva Mayoría. Entre lo más representativo de esta suerte de hiperactividad legislativa de despedida, están el proyecto de ley para una nueva Constitución, la urgencia para la discusión de la Ley de Identidad de Genero y el Proyecto para terminar con el Crédito con Aval del Estado en Educación. Sin embargo, el balance final de su gestión, más allá del esfuerzo por lo que se desea constituir como legado, tuvo una inapelable sanción ciudadana en las pasadas elecciones, que dejó de manifiesto el rechazo a una forma de conducción gubernamental ideologizada y carente de un acertado diagnóstico del estado actual de la sociedad chilena.
Aún así, este segundo período de Bachelet puede mostrar logros importantes, como el término del sistema binominal, la ley de aborto por tres causales y una legislación energética moderna y eficiente, entre otros. En Educación, el comienzo a la gratuidad, la Ley de Inclusión y la desmunicipalización de la Educación Pública, todas estas, iniciativas fundamentales, que significan un cambio positivo para muchos chilenos y chilenas.
No obstante, más allá del discutido “check list” de las promesas de campaña, Michele Bachelet entrega por segunda vez la piocha de O´Higgins a su adversario político y una evaluación politica cruda indica a lo menos que:
- El gobierno que termina fue elegido con una mayoría abrumadora y logrando, por primera vez desde el retorno de la democracia, la conformación de un Congreso indiscutidamente favorable para llevar adelante su cometido. Sin embargo y a poco andar, las deficiencias de conducción política y la poca habilidad para generar un clima de acuerdos y consensos, fueron dispersando crecientemente los apoyos dentro del propio oficialismo. El resultado final es evidente: un sector dividido, con partidos en crisis y un conglomerado que concluyó junto con la gestión del Gobierno.
- Orgullo de todos los gobiernos post dictadura ha sido la seriedad, probidad y estabilidad de sus Instituciones. Lo acontecido en este período con la clase política, el Parlamento y los partidos, por los casos investigados por financiamiento irregular de campañas u otros como el desfalco de dineros fiscales en Carabineros revelaron dramáticamente la incapacidad de la Administración Bachelet para lidiar con estas sucesivas crisis que afectaron la confianza y la credibilidad de las instituciones. Un ejemplo claro ha sido el deplorable manejo de los problemas en la Araucanía. La conocida Operación Huracán terminó con Carabineros y la Fiscalía enfrentados entre si y, por tanto, menguando aún más, la ya escasa confianza que pudieran tener en ellos los ciudadanos, sembrando un manto de duda que daña profundamente la imagen de nuestra democracia. Aún cuando estos no son problemas de responsabilidad del Ejecutivo en su origen, requerían de una determinación y liderazgo del que se careció para enfrentarlos y resolverlos.
Clave2: CAMBIO DE MANDO, LO QUE LLEGA: Ya en el nombramiento de su elenco gubernamental, el Presidente electo, Sebastián Piñera, dejó en evidencia su aprendizaje del primer período, para no cometer los errores no forzados de aquella Administración. Primera lección: en cuatro años no hay espacio para improvisaciones. Además, hemos escuchado de las autoridades entrantes que llegó de vuelta una política de acuerdos mayoritarios. Sin duda, buenas y necesarias señales antes de comenzar el real ejercicio gubernamental que pondrá a prueba verdaderamente la habilidad y capacidades del nuevo Gobierno:
-Chile se ha desarrollado, pero la brecha de desigualdad e injusticia social sigue siendo muy alta. La gente aspira hoy a un gobierno que le asegure un espacio de crecimiento personal acorde con el desarrollo general del país. Esta nueva Administración, al parecer, ha leído adecuadamente esta realidad y llega al gobierno con el audaz compromiso de poner en el centro de su acción lo social. Las próximas semanas y meses pondrán a prueba la solidez de este compromiso, más aún cuando el asomo de que esta promesa se quede solo en la asistencialidad, sin atacar problemas de fondo que determinan esta realidad, puede poner a dura prueba la gestión de la Administración entrante.
- El chileno de hoy demanda ejercer su derecho a educación y vivienda de calidad, transporte adecuado, salud oportuna y digna, y oportunidades para expandir sus horizontes y su calidad de vida en los más multiples sentidos. Es decir, una población más exigente, que no dudará en salir a la calle para presionar al Ejecutivo ante cualquier insatisfacción o incumplimiento de lo que considera un derecho. Esto pondrá a prueba permanentemente a la Autoridad en su firmeza y convicción para el manejo de las movilizaciones sociales o de cualquier situación que se presente y que altere el normal funcionamiento del país.
- Si bien todos los analistas coinciden en que la desaceleración económica con la que debió convivir la actual Administración va de salida, también es cierto que las expectativas que el futuro gobierno de Sebastián Piñera ha instalado respecto del crecimiento económico son importantes para las personas y, especialmente, en que se traduzca en un efecto práctico en la calidad de vida de cada familia. Así, con la equidad y la igualdad de oportunidades establecidas como derechos en el sentir ciudadano, se espera que el Gobierno sea también garante contra cualquier abuso. La transparencia, la lucha contra la corrupción y la colusión de empresas constituyen hoy exigencias básicas de las personas hacía la Autoridad, lo que requiere de gran determinación, liderazgo y capacidad de diálogo con el mundo privado.
- Chile Vamos está convencido de contar con una posibilidad real de que esta vez el Gobierno de Sebastián Piñera pueda ser sucedido por otro del mismo sector. Además, la dispersión y profunda crisis que vive la Nueva mayoría parecen dar argumentos suficientes para tal aspiración. Pero, con una coalición gobernante muy diversa y con minoría parlamentaria, la construcción de acuerdos y la capacidad de diálogo con todos los sectores estará permanentemente puesta en tensión. Cuatro años son cortos para hacer, pero largos para lidiar con las complejidades de gobernar. Este es un desafío cuyo éxito o fracaso se irá midiendo al calor de cada nueva batalla. Nada está garantizado.
- El premio Oscar a la película chilena Una Mujer Fantástica nos habla de un país más abierto y liberal en lo valórico. Chile Vamos mantiene profundas divisiones en su interior respecto de estos temas. Otro desafío para la Administración Piñera será ordenar a su coalición en torno a decisiones en un área con pocos márgenes para zigzaguear, pues la presión por resolver ya está instalada socialmente.