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PROTAGONISMO EXTERNO V/S DESEMPEÑO ECONÓMICO
27 septiembre, 2019

Culminada la pausa de Fiestas Patrias, el Gobierno retoma una demandante agenda, donde cabe destacar el protagonismo alcanzado por el Presidente Piñera en su visita a Nueva York, para asistir a la Asamblea General de la ONU, donde fue reconocido con el “Global Citizen Award” por su contribución al cuidado del medio ambiente. En la ocasión, junto con señalar que se debe “dejar la falsa dicotomía entre crecimiento y medio ambiente”, el Mandatario agradeció la presencia de la Alta Comisionada de la ONU para los DDHH, Michele Bachelet, destacando que el cambio climático “afecta los derechos humanos”. Controvertida fue la presencia en la cita del Presidente norteamericano, Donald Trump, quien comienza a enfrentar una investigación formal de impeachment por abuso de poder en la llamada “trama ucraniana”. “El futuro pertenece a los patriotas, no a los globalistas”, señaló Trump en su discurso, lo que fue replicado por el Mandatario chileno, quien afirmó que “No hay incompatibilidad en pensar en un mundo global y al mismo tiempo ser patriota”.
Por su parte, la contundente declaración de la ex Presidenta Michele Bachelet descartando ser candidata para un próximo período, se transformó en la partida oficial de la carrera presidencial en la oposición, donde diversos liderazgos expresaron públicamente su disposición a competir.
“Creo que hemos instalado una expectativa económica desproporcionadamente alta respecto a lo que es posible en realidad”, aseguró en Ministro de Salud, Jaime Mañalich, desatando un torbellino interno en el Gobierno por lo que fue considerado “fuego amigo”. El Ministro de Hacienda, Felipe Larraín le salió al encuentro mostrando algunas cifras y señalando que “la situación es bien distinta”, optimismo que, no obstante, no logra convencer ni a empresarios, ni a analistas económicos, ni a la gente.

Aún cuando la controvertida participación en Cucuta para liderar la entrega de ayuda al pueblo venezolano y el conflicto desatado con cientos de venezolanos -acampando a la intemperie en nuestra frontera norte- parecían hacer naufragar la intención del Presidente Sebastián Piñera de asumir un liderazgo internacional, las cosas han tenido un giro positivo para el primer Mandatario. Primero fue la invitación del Presidente argentino, Mauricio Macri, a fines del 2018, a participar en la Cumbre de la G20 y luego fue la convocatoria del Presidente francés, Emmanuel Macron, a la Cumbre del G7 que se desarrolló en la ciudad de Biarritz y que reúne a las siete economías más grandes y poderosas del mundo, como son Alemania, Canadá, EEUU, Francia, Italia, Japón y Reino Unido. Así, -aun cuando Chile no pertenece a estas instancias- la activa participación de Piñera en ambas citas le permitió codearse con lo más granado de los liderazgos a nivel mundial. Por otra parte, el Mandatario chileno detenta por un año la presidencia pro-témpore de PROSUR y debe liderar la conformación de mesas de trabajo y elaborar sus estatutos. Al finalizar la reciente cita en Nueva York, el Presidente Piñera convocó a los líderes integrantes de dicha instancia a una reunión en la Sede de la Misión de Chile ante la ONU, tras la cual señaló, victorioso, que “Se logró un acuerdo”, lo que se traduce en la firma de un documento reglamentario para su funcionamiento, ya que los “estatutos” requerirían de la aprobación de los Congresos de cada país. Todo esto le ha permitido al Presidente Piñera adquirir una notoriedad que eleva su presencia a nivel internacional y lo instala en una dimensión de liderazgo y representación que no tenía.


Clave 1: Resulta de la mayor importancia la distinción de que fue objeto el Mandatario en la Asamblea General de la ONU, donde recibió el “Global Citizen Award” por su contribución al cuidado del medio ambiente. Especialmente porque el cambio climático ha dejado de ser un tema que ocupa solo a algunos científicos y especialistas, para convertirse en un problema concreto con evidentes consecuencias para el globo y para Chile, donde la sequía ya ha determinado la muerte de gran cantidad de ganado, así como un daño más que considerable para el mundo agrícola y otras muchas actividades. Por cierto, también representa el desafío de estar a la altura como país con medidas concretas. No obstante, el Mandatario parece tener claridad al respecto, cuando señaló en su discurso que “El desarrollo o es sustentable o no va a ser desarrollo, porque no compiten estos dos conceptos, sino que se complementan”.


Clave 2: El Presidente Piñera exhibió importantes giros en su desempeño en Naciones Unidas, que hablan de un diseño que busca un liderazgo internacional que -luego de la recuperación de la democracia- nunca tuvo la centro-derecha. Tanto su gesto hacia Bachelet en su discurso en la OEA, como su referencia a que “En las campañas pasan muchas cosas que los candidatos no saben”, ante las acusaciones contra la ex Mandataria chilena por el caso OAS, zanjaron una línea de comportamiento en este tema para su propia coalición. Tampoco tuvo problemas en enfrentar al Presidente norteamericano y argumentar con fuerza en contra del proteccionismo, la guerra comercial entre EEUU y China y en favor de una mirada global del desarrollo. Estas expresiones, en planos muy diferentes, marcaron un cambio de calidad en su despliegue internacional que corresponde destacar.


Clave 3: Pero las altas expectativas pueden jugar en contra. Los próximos desafíos internacionales, las citas para la COP25 y la APEC, ambas a desarrollarse en nuestro país próximamente, significan un gran esfuerzo de coordinación, seguridad y producción para comprometer, no solo la fluidez de los foros en si mismos sino también en términos de resultados. En el caso de la COP25, a juicio de los expertos, ésta recibió una suerte de “posta” de la reciente Cumbre del Clima en Nueva York donde se habría quedado al debe ya que, no obstante el impactante llamado de la adolescente Greta Thunberg, los países no concretaron compromisos para reducir con la urgencia que se requiere los efectos del cambio climático. Las 66 naciones que determinaron alcanzar la neutralidad en las emisiones de carbono, lo hicieron para el año 2050, lo que está lejos de satisfacer a los ambientalistas. La reunión en Chile, por tanto, requerirá mostrar avances concretos y sustantivos para contener las críticas de movimientos ciudadanos, que no vacilarán en aprovechar la cobertura internacional del evento para manifestarse presionando a las autoridades”.


Clave 4: Sin duda que el tema internacional podría convertirse en un resorte positivo para que el Presidente experimente un alza en las esquivas cifras de las últimas encuestas de opinión. Sin embargo, ello no será suficiente si los compromisos de mejorar sustancialmente la economía y la vida de los chilenos, así como la seguridad ciudadana, persisten como las principales falencias de la actual Administración. Necesariamente, el liderazgo internacional del Presidente debe ser coherente con su liderazgo interno. De nada sirve a los chilenos el posicionamiento exterior del Mandatario, si mientras tanto la economía en los hogares continúa sufriendo los embates de una desaceleración que se traduce en un estancamiento de los salarios y un alza de sus gastos básicos, como la luz, que se anuncia subirá en un 10%.


Clave 5: La oposición, por su parte, continúa sin entender el fondo del problema que la mantiene sin posibilidad de constituirse en alternativa. Su reacción a la noticia de que Bachelet no será candidata nuevamente da clara cuenta de ello. Múltiples liderazgos salieron de inmediato a expresar su “disposición” para competir. También se dijo que lo importante deben ser las ideas. No obstante, el sector continúa enfrascado en una actuación principalmente crítica del Gobierno y sin propuestas de futuro. La acusación constitucional contra la Ministra de Educación es una muestra de ello ya que, según la opinión de abogados constitucionalistas, tiene pocas posibilidades de prosperar. Sin duda, parece haber llegado el tiempo límite para que la centro-izquierda haga el ejercicio de retrospección que tiene pendiente desde hace ya demasiado tiempo, para redefinir su sentido político y de misión, de cara a los nuevos y apremiantes desafíos que impone el nuevo mundo del futuro.

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