top of page
PROTAGONISMO DE LA AGENDA GLOBAL
13 septiembre, 2019

Aún cuando en este nuevo aniversario del 11 de Septiembre, el Gobierno prefirió entender –en primera instancia y en palabras del ministro Chadwick- que “En el caso de la Moneda, este es un día normal de trabajo”, el Presidente decidió hacer una intervención de 5 minutos sobre la efeméride. La frase del Ministro de Interior, desató fuertes críticas de la oposición y también de algunos líderes de Chile Vamos. El Senador Felipe Kast, de Evópoli, manifestó que “hoy no es un día normal, ni debiera serlo. Es, al menos, un día para la reflexión”. Expresiones similares tuvieron los Senadores de RN, Andrés Allamand y Manuel José Ossandón.
Entre tanto, la Ministra de Educación, Marcela Cubillos, ya tiene como abogado al ex PPD, experto en DDHH y único chileno que tiene experiencia litigando en la Corte Penal Internacional, Francisco Cox. El profesional señaló que pese a no compartir la visión política de la Ministra, las instituciones se tienen que cuidar y la Acusación Constitucional debe ser la herramienta última, la más extrema.
En otro ámbito, se ha complejizado el escenario judicial para ex Presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle, luego de que su hermano Francisco se auto inculpara ante el Ministerio Público. Ello porque Finameris Servicios Financieros SA presentó un escrito en el que se precisan los domicilios de la nueva representante legal, Magdalena Frei Larraechea, uno de los cuales corresponde al domicilio particular del ex Presidente, que correría peligro de embargo.
No obstante, es la agenda internacional la que ha tomado mayor protagonismo para Chile. Ahora fue el Presidente Maduro quien acusó a Michele Bachelet, de mentir en el informe sobre la situación de los DDHH emitido tras su visita a Venezuela, al igual que antes lo hizo el Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, con su usual retórica agresiva. Además, en el marco del Consejo Permanente de la OEA que sesionó en Washington, Chile votó a favor, junto a otros 11 países para constituir el Órgano de Consulta del Tratado de Asistencia Recíproca (TIAR) para enfrentar la crisis venezolana.

Chile hoy enfrenta las complejidades de su propia apertura al mundo ya que la coyuntura interna y el debate político en Chile se observan crecientemente influidos por el devenir internacional y, al mismo tiempo, las acciones de nuestro país tienen consecuencias en nuestro posicionamiento en el mundo. La desaceleración de la economía, las bajas expectativas y las posiciones críticas que se expresan hoy en las encuestas de opinión pública, son en parte el reflejo de las turbulencias externas y una consecuencia de lo que ocurre en el resto de este mundo global. Por muchos años, Chile fue un país etnocentrista y hoy se está experimentando -como nunca antes y ahora en el plano de la política- la fuerte incidencia de factores políticos y económicos externos. Ya no será posible, ni para este Gobierno ni para futuras Administraciones, soslayar que Chile ha dejado de ser ese pequeño y lejano “país del fin del mundo” para constituirse en una nación fuertemente vinculada al acontecer global y que esta realidad formará parte ineludible de los debates políticos internos del futuro.


Clave 1: En este nuevo contexto y fiel a su perfil, el Presidente Piñera ha buscado un alto protagonismo liderando la formación de PROSUR, la entrega de ayuda para el pueblo venezolano en Cúcuta, asistiendo a la cita en Biarritz de la G7 y buscando ejercer una intermediación entre los Presidentes Macron y Bolsonaro. Sin embargo hay otros casos -como la firma del mencionado TIAR- que se han transformado en polémica. Esto, porque el tratado firmado por Chile incluye el uso de la fuerzaarmada y la interrupción total o parcial de las relaciones económicas, de transporte y comunicaciones.
Por esta razón, el Ministro de RREE debió efectuar un punto de prensa para explicar que, durante la votación, Chile junto a Costa Rica y Perú hicieron una reserva planteando que no apoyarían el uso de la fuerza armada. El hecho, no obstante, abrió un nuevo flanco de debate, en un área en la que Chile históricamente ha mostrado una sola voz. En cualquier caso, y más allá de todos estos esfuerzos, la agenda gubernamental sigue enredada en temas nacionales que sumergen al Gobierno en nuevas coyunturas críticas.


Clave 2: Aun cuando la ex Presidenta Michelle Bachelet ha estado ajena al acontecer de nuestra política interna, su desempeño como Alta Comisionada de DDHH en la ONU genera intensos debates internos. Primero, por su supuesta tardanza en visitar Venezuela, luego por el duro Informe emanado tras viajar a ese país, aplaudido por unos y criticado por otros. Ahora, el Presidente Maduro, quien la consideraba su amiga, la acusa de mentir. Posteriormente, su informe sobre la situación de DDHH en
Brasil provocó la ácida crítica del Presidente Bolsonaro, incluso con alusiones personales y una apología a Pinochet y su dictadura, lo que obligó al Presidente Piñera a salir en defensa de la ex Mandataria. Una vez más, las palabras del Presidente resultaron en un debate interno sobre si fue la reacción adecuada o se quedó corta.


Clave 3: El fenómeno de la masiva inmigración que forma parte de esa imagen de prosperidad y seguridad que Chile proyecta hacia fuera, ha convertido al país en una alternativa para quienes buscan un futuro mejor que en su patria de origen, particularmente a nivel regional. Este flujo ha traído una multiculturalidad que se expresa en una gran diversidad de razas, costumbres, comidas, música, etc. El fenómeno ha venido a desafiar la voluntad real de integración de los chilenos y las capacidades del Estado para responder a las necesidades de salud, educación, vivienda y trabajo para estos extranjeros, exacerbando de paso los miedos locales a lo desconocido y desatando manifestaciones homofóbicas. Aquí hay una tarea insoslayable para el Gobierno, que ante el importante flujo actual se convierte en actor principal para instalar un proceso de inmigración claro, ordenado y gradual, evitando la estigmatización y procurando la real integración de esa diversidad.


Clave 4: Es evidente que este Chile inserto en el mundo requiere de la coherencia de sus gobernantes ya que cualquier contradicción nos pone en el “banquillo” internacional. A modo de ejemplo, Amnistía Internacional emitió un severo informe en Mayo del año en curso, sobre la situación de DDHH en Chile durante la actual Administración. Señaló que, al no firmar el Tratado de Escazú para los temas medio ambientales, ni el Pacto Global para la Migración Segura de la ONU, eliminar su protagonismo para impulsar la legislación sobre matrimonio igualitario, con el Control de Identidad de Menores, los componentes de la iniciativa Calle Segura o al seguir aplicando la Ley Antiterrorista en contra del pueblo mapuche, Chile sería un “Estado en Deuda”, en definición de ese organismo internacional.


Clave 5: Así como nuestra economía abierta nos ha reportado grandes beneficios a través de la firma de diversos tratados comerciales con países de todos los continentes, hoy estamos mucho más expuestos a los efectos de las crisis económicas internacionales o a guerras comerciales, como la desatada entre EEUU y China. Otro tanto sucede con el acontecer político y económico en Argentina, cuya crisis podría tener efectos más acotados, pero sin duda repercutirá en nuestra economía, especialmente en el sector turismo y en empresas chilenas con sede en la nación vecina. Generar expectativas basadas únicamente en la gestión propia fue, tal vez, uno de los grandes errores del actual Ministro de Hacienda, Felipe Larraín, que durante prácticamente todo el primer año de Gobierno entregó señales equivocas sugiriendo un efecto muy menor para nuestra economía de la guerra comercial entre EEUU y China, y perdiendo con ello gran parte de su credibilidad como Jefe de las
Finanzas Públicas, incluso ante en mundo empresarial. 

bottom of page