top of page
PIEDRAS EN EL CAMINO
24 mayo, 2019

El próximo 1 de junio, el Presidente Piñera dirigirá el tradicional Mensaje al país, ceremonia republicana en la que cada año la autoridad realiza una cuenta de los logros de su gestión e informa sobre lo que los chilenos y chilenas pueden esperar para el futuro. Se trata de un hito que entrega una gran oportunidad a los gobernantes y, por ello, los equipos asesores y todos los ministerios suelen concentrar los esfuerzos en sacar adelante con éxito esta tarea.
No obstante, los vientos no parecen favorables para tal objetivo. Ello, porque la agenda pública se ha visto copada –entre otros- por las impactantes imágenes de narco funerales, por las interminables noticias sobre hechos delictuales con inusitada violencia, por las repercusiones de la inclusión de los hijos del Primer Mandatario en la gira a China, por el ambiente de desconfianza generalizado instalado en la ciudadanía y por la polémica generada por la manipulación de datos del IPC en el INE.
En este contexto, el anuncio del Plan Clase Media Protegida parece dar una oportunidad al Ejecutivo ya que, por primera vez, la focalización estaría -según han explicado las autoridades- en un sector mayoritario de la población, de gran vulnerabilidad y que, por no clasificar, ha quedado históricamente fuera de las políticas sociales de los gobiernos.

SOBRE-EXPECTATIVAS VERSUS PRUDENCIA. Sin embargo –y más allá de la multiplicidad de hechos que marcan la coyuntura- el problema clave para el Ejecutivo es, en realidad, el curso que lleva la economía. Como se recordará, las verdaderas expectativas sobre este segundo gobierno de Piñera estaban puestas en lo que se pensaba sería un despegue de la economía, tal como lo había anunciado Chile Vamos en la promesa de campaña de que vendrían tiempos mejores.
A la inversa, hoy todas las proyecciones han sido ajustadas a la baja y las cifras han hecho coincidir a expertos de los más diversos sectores en que ya no será posible cumplir con lo anunciado por el Gobierno de alcanzar un 3,5% de crecimiento para el año en curso y en que la inestabilidad que genera el conflicto EEUU/China augura un escenario poco auspicioso a nivel global. No obstante lo anterior, el Ministro de Hacienda, Felipe Larraín, ha persistido en un discurso optimista que le ha valido críticas de dirigentes desde su propio sector -Chile Vamos- y desde el empresariado, quienes piden al Gobierno hablar con realismo y aterrizar las expectativas.
La fuerte caída de 34% a 26%, es decir de 8 puntos porcentuales del Índice de Bienestar Personal, que se conoció hace pocos días en su versión 2019, fue otro inesperado golpe para el Ejecutivo. El estudio, elaborado por Gfk Adimark, Clinica U. de los Andes y Salcobrand, naturalmente incomodó a quienes trabajan en elaborar la próxima Cuenta Pública, en un año que ha sido definido como clave para el Ejecutivo.
El actual Gobierno -como promesa de campaña- se propuso revertir el estancamiento económico de la Administración anterior el cual, según la entonces oposición, era producto de la ineficacia en la gestión y de la implementación de una agenda legislativa que desincentivaba la inversión y el crecimiento. Una y otra vez se desechó entonces el argumento de las autoridades económicas y políticas del Gobierno de Bachelet II, en cuanto a que los acontecimientos a nivel global pudieran ser causal importante de la desaceleración. Por el contrario, se instaló el mensaje de que ésta era perfectamente evitable aplicando las políticas adecuadas. Lo anterior le valió al Presidente Piñera asumir su cargo con una mayoría abrumadora, que depositó su confianza en dicha promesa y en la mayor eficacia asignada a la centro-derecha para el manejo de los temas económicos y de seguridad pública. Algunas reflexiones al respecto:

Clave 1: No obstante fue un primer año 2018 positivo en el crecimiento, (cerró en 4% según el Banco Central) éstas cifras no lograron traducirse en más y mejores empleos. Entonces, el Ejecutivo pidió paciencia a la población ya que, según se explicó, no sería instantáneo que los buenos números macro-económicos llegaran convertidos en beneficios concretos para los hogares, determinando así mantener las expectativas en alto. Muy lejos de esas proyecciones, en su segundo año, el Gobierno ha sido golpeado con otra realidad: las proyecciones económicas son ajustadas a la baja por prácticamente la totalidad de los entes pertinentes, el sector empresarial se muestra crecientemente crítico por el manejo del Gobierno en el debate de Proyectos de Ley claves para el sector como la ReformaTributaria, Laboral y Previsional, y las personas ya no están disponibles para seguir esperando, como lo demuestra la ostensible caída en la aprobación ciudadana (34% para el Presidente Piñera y 29% para su Gabinete, su nivel más bajo según la Encuesta Cadem 279 del 20 de mayo recién pasado).


Clave 2: El Gobierno ha reaccionado ajustando someramente el discurso triunfalista inicial. Pero lo cierto es que hoy, más allá de cualquier eslogan como hay que “poner al país en marcha” o la llegada de “tiempos mejores”, las personas continúan sin percibir un cambio en el manejo de la economía que les beneficie. El Índice de Bienestar 2019 refleja que los principales elementos que influyen en la satisfacción de los chilenos y chilenas con su situación de vida son los aspectos financieros y las proyecciones de estos mismos. Los temores a perder el empleo, a enfermarse gravemente, a no poder mantener el financiamiento de la educación superior de los hijos ni los compromisos bancarios, la posibilidad de perder su vivienda y que todo ello signifique un violento descenso en el nivel social y de consumo alcanzado continúan instalados fuertemente en una clase media emergente pero muy vulnerable, principal afectada por el exceso de expectativas que generó el actual Gobierno.


Clave 3: No parece razonable, y más bien resulta insuficiente e inapropiado para generar confianza en las personas, que la autoridad económica contradiga su discurso anterior y apunte ahora a los factores externos como los responsables del atraso que ha ido presentando la marcha de la economía chilena. Todo lo anterior sin dejar de tener en cuenta que, según se van configurando los hechos, la guerra comercial entre EEUU y China puede agregar nuevos elementos que compliquen el despegue de una economía que sigue siendo un gran dolor de cabeza para las autoridades.


Clave 4: La centro-derecha se ha caracterizado por un discurso especialmente duro y taxativo respecto del manejo de la delincuencia. La promesa de mano dura y del fin a la“puerta giratoria” hizo sentido en una ciudadanía cansada de sentirse atemorizada e insegura en sus propios hogares, especialmente frente al fracaso de los planteamientos de una centro-izquierda que ha argumentado por décadas que se trata de un problema detonado por las injusticias sociales y la falta de oportunidades, que deben ser abordados de manera integral. No obstante, una vez más, la realidad ha caído con todo su peso sobre otra de las principales promesas del actual Gobierno: aun cuando las cifras de victimización mostraron una leve mejoría (bajó de 28% a 25,4%, según la versión 2018 de la Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana), no solo los números continúan siendo muy preocupantes, también lo es el tipo de delito, su percepción y como esto impacta en la población. En este sentido, las imágenes de celdas de lujo para reos condenados por narcotráfico, o del narco-funeral -con disparos al aire y juegos pirotécnicos a pasos de una Comisaría, así como el inaceptable viaje a Chillán del cortejo escoltado por Carabineros dan cuenta de la complejidad de este tema y de lo inadecuado que resulta generar falsas
expectativas respecto de soluciones rápidas. 


Clave 5: En un complejo escenario en áreas históricamente estratégicas en la definición de prioridades y de demostración de mayor eficacia para un Gobierno de centro-derecha, el anuncio de la Red Clase Media Protegida podría representar un respiro y una nueva posibilidad para sintonizar con un sector de la ciudadana mayoritario, que se ha sentido abandonado por las políticas públicas. El desafío para el Ejecutivo en su conjunto estará en lograr que esa clase media emergente, pero de alta vulnerabilidad a los vaivenes de la economía, haga suyo este Plan, que los beneficios sean concretos y de fácil tramitación y constituya un aporte para que recuperen la confianza en su futuro.

Clave 6: El cuadro general descrito instala preguntas, reflexiones, sospechas y explica la reinstalación de los rumores cada vez más insistentes de un posible cambio de gabinete en los días previos a la segunda cuenta del Presidente a la nación. Aún cuando estas especulaciones resultan siempre atractivas para las proyecciones de la prensa o las apuestas de las entidades políticas, en esta oportunidad el tema también se escucha en fuentes empresariales y, por cierto, nadie puede negar que siempre asoma como una alternativa razonable para buscar una inflexión que impacte positivamente en la ciudadanía, permitiendo un nuevo aire a un gobierno que, en breve, deberá comenzar a sentir el impactode las dinámicas electorales.

bottom of page