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NAVEGAR CON VIENTO EN CONTRA
14 agosto, 2019

Cuando los analistas recién comienzan a esbozar las repercusiones que podría acarrear para la economía chilena el contundente triunfo electoral de la fórmula Fernández-Fernández en Argentina, y la inmediata caída de la bolsa y el peso trasandino, en Chile el Gobierno se apresura a poner paños fríos. El Ministro de Hacienda, Felipe Larraín declaró que “el efecto global para la economía chilena es acotado, pero existe”. Con todo, los 15 puntos de diferencia impuestos por el peronismo, ponen al Presidente Macri en una difícil posición para mantener la gobernabilidad de cara a las elecciones del próximo 27 de octubre. Especialmente, con una ciudadanía empobrecida, alto desempleo y una recesión que su Administración no ha logrado revertir.
En Chile, el debate sobre la propuesta presentada por la Diputada Camila Vallejos (PC) para la reducción de la jornada laboral a 40 horas, se tomó la agenda pública. Los apoyos transversales que había alcanzado la iniciativa activaron las alarmas en La Moneda, donde el Presidente Piñera debió intervenir con los presidentes de partidos del oficialismo para alinear a sus parlamentarios  tras la propuesta del Ejecutivo, de 41 horas con flexibilidad. 

En otro frente, la implementación de Sistema de Admisión Escolar en la Región Metropolitana amenaza con encender una nueva polémica entre el Gobierno y la oposición. El Senador Carlos Montes (PS) acusó al Mineduc de no informar a las familias cómo hacer las postulaciones. Señaló que si el sistema falla “será exclusiva responsabilidad de la Ministra Cubillos”. “Pareciera que ella prefiere que esto no salga bien”, indicó, agregando que “Cubillos no tiene un proyecto, la veo en una contrarreforma”. En tanto, el Presidente de Renovación Nacional, Mario Desbordes, salió en defensa de la secretaria de Estado, respondiendo: “Lo diseñan, implementan y defienden ustedes, pero si falla, ¿es culpa nuestra? Se pasó Senador”.

Proyectar con sentido de futuro
“Vamos a vivir con un problema entre ambas potencias durante mucho tiempo“, es el complejo escenario para el futuro que predice el reconocido economista Ricardo Caballero, quien no ve “soluciones permanentes para la guerra comercial”, como indicó en un reciente seminario. Esto porque, en su opinión, el conflicto entre EEUU y China “va mucho más allá de un tema netamente comercial, sino que se trata de una competencia por la hegemonía económica”. Cómo considerar estas coordenadas para el diseño de las reformas y modernizaciones que se discuten hoy en Chile en el plano laboral y económico resulta, en este contexto, de la más elemental responsabilidad. Es evidente que se requiere pensar con proyecciones al largo plazo, con el compromiso de todos los sectores, con una visión de futuro y con sentido país para resolver los principales problemas que se irán configurando en una tensa situación internacional cuyos parámetros son aun difíciles de proyectar con claridad. Es una realidad
que invita a buscar soluciones convergentes que permitan construir una estabilidad mínima para navegar con viento en contra y por cierto, por plazos que traspasen latamente un período de gobierno. En ese sentido es imperativo considerar que:


Clave 1: Chile, país con economía abierta, es uno de los más grandes productores de cobre en el mundo. No obstante, lo que es nuestra mayor riqueza se convierte también en nuestra principal vulnerabilidad, ya que la economía chilena nunca ha logrado liberarse de la incidencia de las fluctuaciones del precio del metal rojo. La guerra comercial entre EEUU y China, siendo éste último comprador principal de cobre chileno, ha dejado suficientemente establecida esta dependencia, como también el impacto que generan en nuestro desarrollo económico los acontecimientos de otros mercados. Así, ningún gobierno está en condiciones de garantizar bonanzas amparadas en la sola gestión propia y sin considerar los vaivenes políticos y económicos del globo.

Clave 2: Es evidente que el argumento de culpar al gobierno anterior por las deficiencias en lo económico está agotado y que el convulsionado escenario internacional requerirá de gran creatividad y capacidad de construir acuerdos sustentables. Son momentos para definir qué es lo fundamental y trabajar para generar consenso en torno a ello. En tal sentido, las múltiples actividades diarias y apariciones en matinales para hablar de una diversidad de temas no contribuyen a enfocar la acción gubernamental en lo principal. Se diluyen los esfuerzos, se pierde el centro y aparece una imagen de inconsistencia con muchos anuncios y pocos resultados.


Clave 3: Respecto del debate por la reducción de la jornada laboral, las distintas posiciones no parecen ser capaces de esgrimir estudios serios para demostrar las implicancias que tendría su implementación. En palabras de Sebastián Edwards, economista considerado el primer impulsor de las 40 horas semanales en el 2014: “Uno de los aspectos más preocupantes de esta discusión es que ambos lados están improvisando”. Edwards planteó entonces la idea de las 40 horas. como una forma de avanzar hacia la modernidad, lo cual significa un mercado laboral mucho más flexible y con horas obligatorias en línea con la OCDE. Para el economista, la flexibilidad y la modernización laboral serían precondiciones bsolutas para la reducción de jordana. No obstante, resulta inquietante su afirmación respecto de la forma en que se está llevando la discusión. En un escenario internacional como el que hemos descrito, parece evidente que este debiera ser un debate amplio, muy informado, con mirada de largo plazo y desideologizado. Pero también, debe considerar elementos más allá de las cifras de productividad, que por cierto es fundamental. Sin embargo, no lo es menos que si a las horas laborales sumamos los tiempos de traslado a los hogares de los trabajadores, estamos generando una sociedad de escasa o nula vida familiar, y niños con preocupantes signos de abandono, cuyas consecuencias a futuro se avizoran en un individualismo creciente, contra un cada vez más escuálido sentido de comunidad.

 

Clave 4: La agenda legislativa, por su parte, debiera ser coherente con la complejidad del momento. El debate de la Reforma Tributaria, Laboral y de Pensiones no debe convertirse en una suerte de trofeo en competencia entre las partes en disputa. Se trata de materias de alta sensibilidad e incidencia en la vida de las personas. Comenzar a recuperar la confianza en la política requiere de generosidad y altura de miras de todos los sectores para avanzar en estos temas y que los resultados del trabajo legislativo se traduzcan, por fin, en beneficios que sean percibidos como tales por los chilenos.


Clave 5: Con todo, lo fundamental es la seriedad con que se deberá asumir la conducción política en medio de la tensión ambiental. La polarización del debate es la receta menos aconsejable, pues no contribuye a generar el escenario propicio para el diálogo y los acuerdos. La solidez de un Chile moderno requiere abandonar la batalla pequeña y la exacerbación de los miedos. Por el contrario, un pueblo informado deviene en una sociedad abierta, inclusiva, donde cada quien encuentre su espacio dedesarrollo personal y donde hacer su aporte. Esta es la tarea hoy, y es un asunto de responsabilidad de todos quienes tienen alguna incidencia en el acontecer nacional.


Clave 6: La fuerte pérdida de apoyo del gobernante argentino, plasmadas en las recientes Primarias Abiertas Simultáneas Obligatorias (PASO) encuentra su origen en un pueblo que sufre una crisis económica que Mauricio Macri no ha logrado revertir. Con 15 puntos de diferencia, cifra compleja de remontar, se abre un espacio para romper la tendencia que se había instalado en Latinoamérica – y otras naciones a nivel global – de entregar el triunfo electoral a los candidatos de derecha o centroderecha. La promesa incumplida de mejoras en lo económico detona un descontento que se puede expresar en las urnas. Lo anterior debiera constituir, al menos, una voz de alerta e inquietud en La Moneda.

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