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MOMENTO DE ORDENAR LA CASA
20 abril, 2018

Mientras el mundo observaba atónito los destellos de los misiles lanzados por EEUU en Siria tras el supuesto ataque con armas químicas, la agenda noticiosa nacional comenzaba a poner a prueba la pericia del Ejecutivo para enfrentar la compleja realidad de gobernar y salirle al paso a un día a día que desborda la planificación gubernamental. “Es el campeón del autogol”, señaló Manuel José Ossandón respecto de las controvertidas y polémicas actuaciones del Ministro de Educación. Como respuesta, las organizaciones de estudiantes dieron inicio, este jueves, a las movilizaciones sociales. El movimiento estudiantil, con renovado impulso, ratificó al Ejecutivo su posición contra el lucro, contra el CAE y por una educación no sexista. En el Congreso, en tanto, las expresiones del Diputado Urrutia (UDI) calificando de “aguinaldo para terroristas” la compensación económica para victimas de violaciones a los DDHH en dictadura que contemplaba el proyecto de ley retirado por el Gobierno, derivaron en la primera acción unitaria de la oposición, con el abandono de la sala de todas las bancadas. Esto obligó a una condena pública contra los dichos del diputado por parte del Gobierno. En el ámbito de la salud, a pesar del error reconocido por el Ministro de la cartera, Emilio Santelices en relación a las cifras iniciales dadas a conocer sobre la mortalidad por VIH en Chile, la impactante realidad respecto del aumento de contagiados en nuestro país abrió nuevamente la polémica sobre la necesidad de incluir una educación sexual temprana y distribución de condón entre adolescentes. Todos estos, temas complejos, donde en el oficialismo no hay una sola opinión.

En otro frente, la contundente carta del Papa Francisco se transforma en factor determinante para una Iglesia chilena en profunda crisis respecto de su legitimidad valórica frente a sus fieles. El texto golpea fuertemente a una jerarquía local que no ha sido capaz de dar respuesta al largo clamor por verdad y justicia de las víctimas de abusos sexuales por parte de miembros de la curia. No obstante, de las decisiones que, finalmente, adopte la máxima autoridad de la Iglesia Católica dependerá tanto un recambio organizacional como la entrega de una señal clara de la condena institucional a estos actos. Ambos, factores imprescindibles para provocar un giro en su creciente desvalorización y pérdida de influencia en la sociedad nacional.

Clave: ALERTA TEMPRANA: Esta ha sido una quincena convulsionada para el Ejecutivo. Sin duda, el Presidente supo zanjar con eficacia las primeras diferencias de fondo expresadas al interior del oficialismo a propósito del Proyecto de Ley de Identidad de Genero, definiendo con claridad la posición del Ejecutivo respecto de la inclusión de menores de edad en el cambio registral y, a pesar de la reticencia de algunos de sus aliados, la necesidad de tomar la iniciativa en un tema que, sin estar en la agenda inicial, se levanta como una preocupación de gran sensibilidad para la ciudadanía.

Sin embargo, con el correr de las semanas, las diferencias internas en Chile Vamos comienzan a manifestarse en diversos ámbitos, obligando al Mandatario a desviar – una y otra vez - su energía, desde el impulso inicial para lograr acuerdos transversales en los cinco grandes temas previamente definidos, a la desgastante tarea de tener que reordenar permanentemente las filas propias, además de aclarar las inesperadas “salidas de libreto” de algunos de sus Secretarios de Estado.

- Si Sebastián Piñera tiene la aspiración de entregar la banda presidencial a alguien de su sector, no solo tiene la obvia tarea de hacer un buen gobierno. El riesgo de un oficialismo que no es capaz de dar curso a sus naturales diferencias y que, por tanto, fragmenta el sentido de unidad de la coalición termina, como ya antes se ha constatado, por debilitar al Ejecutivo y la imagen de gobernabilidad del sector en su conjunto. El desafío para el Mandatario, de dar conducción a un sector que no termina por conciliar posiciones resulta, así, prioritario y nada fácil, de acuerdo a lo que se observa.

- El Gobierno debe ser capaz de construir un relato que se corresponda con los objetivos de campaña. Tras este relato debe alinearse todo el Ejecutivo, sin excepciones. Los costos de las aventuras personales por parte de miembros del equipo gubernamental pueden tener graves consecuencias. Es el caso de lo acontecido en Salud, cuando el Ministro de la cartera envió un protocolo respecto de la “objeción de conciencia” en la ley de aborto sin informar al Ejecutivo, desatando con ello, un conflicto posiblemente evitable, si se hubiese visado previamente una iniciativa que, evidentemente, instala un discusión sobre el sentido último de una ley ampliamente debatida.

- Que la Educación sea gratuita y de calidad está instalado en la sociedad chilena como un derecho. Al punto que mantener y aumentar la gratuidad pasó a constituirse en una de las promesas de campaña del Presidente Piñera para la segunda vuelta. Así las cosas, resulta incomprensible que el Ministro Varela declare que “No pondría penas de cárcel para la gente que gana plata” refiriéndose al lucro en Educación Superior, cuestión que está prohibida por ley y que debió salir a aclarar el propio Mandatario. Sin duda, el desafío gubernamental apunta a una necesaria evaluación sobre como impedir una “creatividad” de algunos miembros del gabinete que ponen en riesgo los propios planes gubernamentales.

- La modernización de la centro-derecha también resulta una tarea impostergable si el sector aspira a un segundo período en el Gobierno. No obstante, el episodio provocado por las declaraciones del Diputado Urrutia en la Sala del Congreso a propósito del retiro por parte del Ejecutivo del Proyecto de Ley que otorgaba una compensación económica a víctimas de los DDHH en dictadura, dejó de manifiesto que está lejos de ser una tarea fácil. Ya lo acontecido con la Ley de Identidad de Género marcó la difícil convivencia de diversas derechas en el oficialismo.

Además, este último hecho demuestra una distancia abismal entre algunos de sus miembros que insisten en mantener la defensa de lo acontecido en un período de la historia de Chile que solo asocia al sector a la violencia y los atropellos, impidiéndole avanzar hacia una imagen de construcción de futuro en democracia. No obstante que la categórica condena a los dichos del diputado por parte de los Ministros de la Segpres y Justicia van en el sentido correcto, habrá que ver si ello es suficiente para lograr impregnar de esta nueva mirada a todo el oficialismo.

- Con todo, el Gobierno continúa manteniendo la iniciativa y cuenta con un apoyo mayoritario. Por cierto, en alguna medida ello también está relacionado con una oposición prácticamente inexistente, lo que deja al Ejecutivo sin contrapeso alguno por el momento. No obstante, resulta de alto riesgo no corregir y contener los “autogoles” de manera clara y determinada tempranamente. Confiar en el margen de error que permitiría el demérito de una ex Nueva Mayoría paralizada no es el camino y, en cambio, solo aumenta la desconfianza y el desprestigio en la política y en las instituciones democráticas en su conjunto.

- La oposición, por su parte, continúa en una suerte de limbo político, sin dar señales de salida por ahora. Enredada en si participar o no de las comisiones de gobierno, su riesgo es parecer meramente obstruccionista a cualquier iniciativa. Esto genera un déficit en la calidad de la política. El país necesita contar con una oposición activa, dinámica y propositiva, que constituya un contrapeso y un equilibrio al poder de un Estado que ejerce con un sistema fuertemente presidencialista. Lo contrario significa que hay una parte importante del electorado que no está siendo representado. Es urgente, por tanto, que el sector de centro-izquierda logre superar su crisis interna y jugar su rol en democracia.

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