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Mensajes y promesas
19 mayo, 2016

Por Claudia Miralles Abarca, Gerente de Imaginaccion Comunicación Estratégica

Talvez a muchos les pasa al salir temprano de casa que leen invitaciones del tipo, “trabajemos juntos”, “vamos contigo”, “mucho mejor”, “juntos construyendo futuro”,lo cual contiene un elemento amable y cariñoso. Supongamos que las hace el municipio y nos invitan a eventos para compartir en el espacio público. A confiar, en definitiva. Ello es contradictorio si en el camino veo las calles sin barrer o faltas de letreros; que las áreas verdes no han sido regadas o el punto de reciclaje está colmado de basura sin retirar.

Las instituciones más cercanas a nuestra vida cotidiana, como los municipios, se esmeran en hacer nuevas ofertas en cultura y participación, pero muchas veces no alcanzan el estándar adecuado cuando se trata de aquellos servicios para los cuales se vota a sus autoridades. Y así se debilita el vínculo y cae la confianza.

La promesa contenida en lemas inclusivos o conceptos esperanzadores, pasa en primer lugar por cumplir con las necesidades propias de la vida cotidiana. Siguiendo con el ejemplo de las municipalidades, podemos decir que la generación de instancias de participación es una forma fundamental en la creación de vínculos, pero los mensajes a veces confunden e invisibilizan un hecho esencial: la participación también es acceso a derechos sociales.

Dicho de otro modo, para para que yo pueda conectar con invitaciones cargadas de una emocionalidad inclusiva, necesito también sentir que me han hecho parte de los servicios sociales que proveen los municipios, desde la salud y la educación hasta las actividades culturales.

Si bien la creación de nuevas formas e instancias de participación aparece como una creciente necesidad de los tiempos, es la correcta gestión de los derechos básicos de las personas el primer modo de recuperar, renovar o construir los vínculos y las confianzas.

Nuestra vida en comunidad se ve constantemente invadida por estos mensajes-promesas. Los productos o servicios de las grandes marcas tampoco terminan estando acorde a lo que en un principio fue ofrecido. Entonces, ya sea por una promesa incumplida o un servicio insatisfecho, se genera desconexión y se alimenta el sentimiento de enojo.

Se trate de servicios sociales o de prestaciones o productos de una empresa, el vínculo se renueva en la medida en que se cumple con lo prometido y se satisface la expectativa de bienestar que la promesa ha generado. 

Publicada en Cooperativa.cl

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