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Legislar en tiempos de crisis
25 ABRIL, 2020

Por Catalina Bau Aedo, Gerenta de lmaginaccion Asuntos Públicos.

Señor Director:

 

Hace un mes el Presidente Piñera decretó el Estado de Catástrofe a nivel nacional, concretando así una serie de medidas como el toque de queda relacionadas a la contingencia que nos ha generado el COVID-19. En este mismo contexto, el propio Ejecutivo ha generado diversas iniciativas que se han convertido en leyes, y otras que se encuentran en trámite teniendo como objetivo principal paliar las consecuencias sanitarias, sociales y económicas provocadas por la pandemia. En una línea paralela, parlamentarios han iniciado la tramitación de otro grupo de proyectos, los cuales no siempre son admisibles y que buscan los mismos objetivos. Por lo tanto, tenemos una serie de iniciativas que tratan temas similares, y a pesar de esto, siguen siendo tramitadas en diferentes instancias del Congreso, generando una dinámica poco eficiente; ejemplo de esto son las Mociones parlamentarias y el Mensaje que anunció el Gobierno sobre sanciones para personas que no respetan la cuarentena.

Durante la contingencia del 18 de octubre de 2019, ocurrió un fenómeno similar a lo narrado anteriormente. Gatillados por las diferentes demandas ciudadanas, se presentaron una multiplicidad de proyectos de ley, muchas veces tratando los mismos temas, teniendo como resultado un principio de colapso en la agenda legislativa. Finalmente, y a pesar de los esfuerzos realizados por las Mesas de la Cámara y el Senado, que suspendieron semanas distritales o celebrando un número importante de sesiones extraordinarias, no se logró el objetivo de despachar todas las iniciativas. Entonces, se reanudó el año legislativo en marzo, sin embargo, el país se vio enfrentado al COVID-19, generando un cambio radical de eje en la discusión.

Existen un par de explicaciones rápidas a lo que ocurre. La primera, se debe al escaso ánimo de acuerdos, generado por el atrincheramiento por parte de algunos actores políticos. Otra explicación de lo ocurrido, es la falta de coordinación a nivel de oposición y oficialismo, así de los Poderes del Estado involucrados.

Por tanto, se hace urgente un mayor nivel de diálogo y acuerdos entre distintos sectores políticos, que procuren debates prelegislativos concretos, agilizando los trámites, además de tratar temáticas que busquen solucionar las consecuencias de estas crisis; finalmente, son las personas los doblemente afectados por este tipo de situaciones. El contexto actual que vive el país y el mundo requiere de una perspectiva a largo plazo y una mayor planificación, o lo que se denomina visión de Estado. Hoy no es el momento de visiones cortoplacistas o Políticas Fiscales y Sociales irresponsables. Ejercer el Poder de esa forma, se traducirá en posibles percepciones positivas en lo individual, pero en un tiempo serán peores niveles de aprobación de instituciones fundamentales como Congreso y Partidos Políticos. Es tarea de todos diseñar y construir los caminos para salir exitosamente de esta crisis sanitaria, y así retomar las tareas que dejamos de forma temporal como el proceso constituyente.

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