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Deterioro institucional

Por Ignacio Imas, gerente asuntos públicos Imaginaccion.

La Segunda / columna de opinión 

14 de junio 2023

En los últimos tiempos, hemos sido testigos de una preocupante tendencia de deterioro institucional en Chile. Ejemplos recientes, como la negación de argumentos por parte de diputados sobre el impacto de la inflación en los retiros de fondos previsionales, y las decisiones controvertidas de algunos miembros de la Corte Suprema y la posterior entrevista a una ministra dando su opinión personal, han dejado al descubierto grietas en nuestras instituciones. Poco queda de ese país que miraba con cierto desdén lo que ocurría en otros lados. Es hora de reflexionar sobre los gatillantes de este fenómeno y buscar soluciones colectivas para fortalecer nuestra democracia. 


Estos episodios de negacionismo económico y decisiones judiciales polémicas, entre otros, han erosionado la confianza de la ciudadanía en nuestras instituciones. La falta de coherencia y transparencia en el proceso de toma de decisiones mina la credibilidad y el respeto hacia las instituciones, dejando tierra fértil para continuar. 


Es esencial abordar estas deficiencias y restaurar la confianza perdida. Y es importante reconocer que el deterioro institucional no es responsabilidad sólo de las élites políticas y económicas, la ciudadanía también juega un papel en este fenómeno. Algunas veces, el apoyo a figuras políticas alternativas, como Franco Parisi, puede reflejar la desilusión y el descontento con las instituciones tradicionales. Es fundamental fomentar una ciudadanía activa y crítica que exija y participe en la construcción de instituciones más fuertes y transparentes. 


Durante mucho tiempo, hemos ignorado el deterioro institucional por diversas razones, lo que ha llevado a la normalización de esta problemática. Es importante reconocer que el deterioro ha aumentado y que debemos actuar antes de que sea demasiado tarde. No podemos permitirnos caer en la indiferencia y la apatía. Es hora de despertar y abordar este desafío de manera conjunta. 


Si bien la discusión sobre una nueva Constitución es relevante, debemos reconocer que el cambio de normas por sí solo no garantiza cambios reales en nuestras instituciones. Necesitamos un cambio de actitud y una voluntad colectiva de enfrentar los desafíos institucionales de manera integral. Esto implica promover una cultura de respeto a las normas y valores democráticos, así como fortalecer los mecanismos de control y rendición de cuentas. Todos somos responsables de la salud de nuestras instituciones y debemos asumir un compromiso colectivo para abordar este desafío. La restauración de la confianza y la fortaleza de nuestras instituciones requieren un esfuerzo conjunto, donde la ciudadanía y los líderes políticos trabajen en armonía. Es momento de actuar. 

Recuadro

“Todos somos responsables de la salud de nuestras instituciones y debemos asumir un compromiso colectivo para abordar este desafío”.

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