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AGENDA VALÓRICA EMPAÑA MENSAJE PRESIDENCIAL
1 junio, 2018

Al cierre de este análisis, el Presidente Sebastián Piñera realizaba su Cuenta Pública al país. La primera que se realiza en este 1 de junio y no en la conmemoración de las glorias navales como era tradicional. Así, en un día laboral y sin mayores datos aún sobre el rating televisivo de este evento, se esperaba que el Mandatario explicitara la hoja de ruta que tendrá el Ejecutivo para dirigir su gobierno: poner el centro de su conducción en lo social, énfasis en los cinco temas definidos como prioritarios para su gestión, Infancia, Salud, Paz para la Araucanía, Seguridad Ciudadana y Derrota de la Pobreza y políticas que apuntarán a mejorar la situación de la clase media. Con este esquema, el Ejecutivo espera marcar el sello de su gobierno anunciado desde su campaña y configurar los factores ordenadores de una Administración que se podrá evaluar por los avances y transformaciones que se registren en este ámbito. Están claros los titulares, lo que se espera es la prosa.

También en la semana, el Ejecutivo se anotó un punto importante al presentar las conclusiones de la mesa de trabajo que se constituyó en torno a la Infancia. A solo tres meses de Gobierno, su positivo resultado -tanto por la participación transversal lograda como por la seriedad y contundencía de las 90 iniciativas consensuadas en la instancia- se transforma en una señal auspiciosa respecto de la capacidad para convocar y aunar voluntades en torno a temas de país.

Sin embargo, los anuncios presidenciales ampliamente acogidos por Chile Vamos no encuentran la misma recepción cuando se trata de evaluar la gran voluntad demostrada por el Presidente al recoger las demandas de los movimientos sociales. Un sector del oficialismo ha dado señales claras de restar su apoyo al Gobierno de persistirse en dichas iniciativas. Esta tensión oficialista llevó al Ejecutivo a postergar el envío de la nueva Ley de Adopciones, la cual contendría una indicación que deja abierta la opción para parejas homoparentales, intentando evitar así un nuevo conflicto que empañara el primer Mensaje Presidencial.

En la oposición, en tanto, los partidos continúan mayoritariamente transitando sus procesos post derrota electoral. No obstante ya se ven algunos indicios de coordinación entre las bancadas, y también algunos lineamientos políticos producto de elecciones internas. Es el caso de la DC, cuyo resultado eleccionario con alta participación debiera revitalizar al partido y, seguramente, también frenar el flujo de renuncias a la militancia sufridas en los últimos meses, las que parecieran enmarcarse finalmente en lo que fue su sector más conservador.

En el ámbito de las acusaciones de abuso y ocultamiento de los mismos que afecta a la Iglesia Católica, una nueva arista se abre al debate luego de que un grupo de parlamentarios de la DC presentara un proyecto de ley que establecería como una obligación para los sacerdotes el denunciar a la Fiscalía los casos de abusos a menores de los que tengan conocimiento. Lo anterior es resistido por el clérigo que apela al secreto de confesión y a la prelación del Derecho Canónico por sobre el Derecho Civil en el caso de quienes ejercen el sacerdocio.

Clave1: EL INVITADO DE PIEDRA: La sociedad chilena experimenta una evolución importante en temas de orden valórico. La agenda noticiosa de las últimas semanas ha estado centrada fundamentalmente en estas materias, influida por la Ola Feminista que asumió un protagonismo que sorprendió a muchos. Como suele ocurrir a todo Gobierno, buena parte del éxito de la gestión será medida por la conducción que se logre dar a las demandas sociales que surgen en el camino, cuya fuerza muchas veces es tal que logra imponerse al programa gubernamental previamente diseñado, como sucedió en el caso de las pasadas movilizaciones del 2011 en demanda de una Reforma Educacional. Construir el justo equilibrio entre dar cumplimiento a los compromisos adquiridos con la ciudadanía y recoger al mismo tiempo el clamor que imponen los movimientos sociales resulta, entonces, un desafío inevitable. La legislación para el aborto en tres causales, el Acuerdo de Vida en Común, el matrimonio igualitario, el reconocimiento de la población trans y su cambio registral en el Registro Civil o la posibilidad de llegar a contar con una ley que permita la adopción para parejas homosexuales son temas que están sobre la mesa para el debate y hacen sentido a una ciudadanía que, crecientemente, ha ido asumiento la diversidad existente e incorporado la necesidad del respeto a la individualidad. Ante este cuadro, el primer Mandatario ha enfrentado una situación que no ha estado libre de complejidades:

- No fue con las posturas más conservadoras, desplegadas en primera vuelta, que Sebastián Piñera llegó a La Moneda. La centro-derecha supo leer en la segunda vuelta cuales eran las preocupaciones principales que se habían generado en la ciudadanía y su discurso logró despejar comprensibles temores de que un gobierno del sector terminara o matizara derechos considerados como propios, como por ejemplo, la gratuidad en educación.

- Piñera ha demostrado su voluntad por sintonizar con este nuevo Chile y ha desplegado, en consecuencia, un discurso liberal que ha sorprendido tanto a la oposición – que en muchos casos se ha quedado sin sus banderas de lucha históricas – como al oficialismo, buena parte del cual no comparte tal posición y presiona al Ejecutivo para abandonar el liderazgo de estos temas, retomando como prioridad lo social.

- El Presidente ha internalizado mejor que gran parte de su sector, que el éxito de su gestión y, por ende, la posibilidad de lograr un nuevo período para su coalisión, depende en gran medida de la capacidad del Gobierno para mantener la sintonía fina con el Chile de hoy. De hecho, decidió enfrentar la fuerte oposición de la UDI en la presentación de cambio de nombre registral para los ciudadanos trans, luego del Oscar obtenido por la cinta chilena Una Mujer Fantastica.

- Coexisten posiciones en la centro-derecha respecto de la agenda valórica impuesta por la coyuntura. Evópoli, más un sector de RN e incluso algunos parlamentarios de la UDI tienen una mirada mucho más liberal. No obstante, el sector más conservador de la coalición gobernante ha endurecido sus posturas, presionando al Presidente para abandonar la agenda valórica y concentrar el trabajo en los temas que los unen. La amenaza de la bancada cristiana de RN, de pasar a formar parte de la oposición de persistir el actual estado de cosas, representa una alerta insoslayable para el Gobierno sobre la posibilidad de un fraccionamiento temprano de su base de apoyo, con nefastas consecuencias para el proyecto de un nuevo período gubernamental.

- Lo que va quedando claro es que hay un sector del oficialismo que no está disposible para seguir al Ejecutivo en contra de sus postulados históricos, ni aun cuando ello ponga en peligro la reelección futura de la coalición. Entre ellos, los diputados Eduardo Durán, Francisca Muñoz y Leonidas Romero. Ejemplo fue cuando, en relación a la mención de Daniela Vega que el Mandatario hizo en su discurso para connotar los hechos que motivaron la Agenda de Genero anunciada hace unos días, Romero señaló en la oportunidad que “Parece que sigue gobernando la izquierda y Bachelet”.

- No obstante, la alternativa de evitar estos temas tampoco parece muy auspiciosa, pues ello generaría renovada efervescencia de los movimientos sociales al ver desatendidos sus petitorios, además de devolver su defensa a una oposición, hasta hoy, desdibujada completamente en este campo. Además, implicaría la renuncia a una de las metas que podría hacer que Sebastián Piñera pasara a la historia de la política nacional, como es lograr una renovación y modernización real de la derecha chilena.

- Es así como, sin que estuviera contemplado, la Agenda Valórica ha pasado a convertirse en la piedra en el zapato del Presidente. El invitado no deseado que lo pone en una disyuntiva muy compleja de resolver sin sufrir daños estructurales.

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