A LA ESPERA DE LAS PRIMARIAS
28 junio, 2017
Alta tensión es lo que define, por estos días, lo que acontece al interior de los conglomerados políticos que sostienen a los distintos presidenciables en competencia. En la Alianza por Chile, las acusaciones del Senador Manuel José Ossandón, sobre la existencia de una “operación política” en su contra orquestada por la candidatura del ex Presidente Sebastián Piñera, tras ser interpelado por una periodista durante un debate radial del sector por supuestas boletas falsas, dejaron de manifiesto el estado de confrontación instalado en la derecha. En la Nueva Mayoría, al parecer, se estaría abriendo un espacio para alcanzar un acuerdo parlamentario. Tales acercamientos, sin embargo, no han logrado traducirse en un tono más amigable entre Guillier y Goic, que continúan enfrentándose permanentemente por los medios. Tampoco dichos intentos se han reflejado en mayor unión en las posturas de los parlamentarios de la centro-izquierda, donde las diferencias y/o “matices” continúan frenando la agenda gubernamental en su último año y, peor aún, reflejando razones de fondo por las que algunos apuestan por el fin del conglomerado. Entre tanto, en evidente disociación con lo anterior, una ciudadanía poco entusiasta con las primarias y con la política en general, se concentra en el desempeño de la selección chilena en la Copa Confederaciones, en las repercusiones y pérdidas ocasionadas por los últimos temporales y en los anuncios de la visita papal a nuestro país en enero próximo.
Clave 1. NUEVA MAYORIA, LA URGENCIA DE CONVIVIR CON LAS DIFERENCIAS: La Diputada Karol Cariola, vocera de la candidatura del Senador Alejandro Guiller, señaló en una entrevista que lo que hizo la Concertación en sus distintos gobiernos fue “administrar la desigualdad, administrar el modelo” heredado de la dictadura de Pinochet. La propia Presidenta Bachelet, le salió al paso a la diputada, pidiendo hacer un balance histórico más equilibrado. En clara defensa de lo hecho, tanto por ella como por los demás gobernantes durante los años de la Concertación, argumentó que “El modelo de la dictadura era un modelo donde no se respetaban los derechos ciudadanos, donde el capital era lo que predominaba y donde estábamos completamente aislados del mundo. Y durante los períodos de la Concertación y la Nueva Mayoría lo que se ha buscado es justamente al revés, es expandir los derechos ciudadanos, expandir el bienestar”. El episodio revela con claridad diferencias de fondo al interior del oficialismo. Especialmente, porque la Diputada Cariola, militante PC, actúa como vocera de la candidatura del Senador Guillier y, por tanto, no debería olvidar que hoy habla por lo que éste representa.
Es posible revertir este escenario para la Nueva Mayoría?
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Ello dependerá, en primer lugar, de que quien aspire a liderar al oficialismo comience por poner término a las discusiones estériles sobre temas que separan y convocar a todas las colectividades tras un proyecto de país común. Las opiniones divergentes frente a cada tema de la coyuntura son innecesarios por parte de los candidatos. Su tarea es hablarle a los ciudadanos y convocarlos a sumarse a un proyecto de país. Lo contrario solo provoca mayor dispersión interna y una imagen de incapacidad para garantizar gobernabilidad.
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El acuerdo parlamentario, si llega a destino, por cierto constituiría una señal muy importante. Sin duda, ayudaría a la sobrevivencia de una mayor cantidad de congresistas de la Nueva Mayoría. Pero no será suficiente si luego se mantiene el actual estado de las cosas.
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Con todo, el paso del tiempo ha ido dejando en evidencia que el propósito de ampliar la Concertación dando origen a una Nueva Mayoría para gobernar y llevar adelante en el Parlamento un ambicioso programa de reformas, trajo también consigo la convivencia forzada de miradas de país muy diversas, incluso antagónicas en algunos temas, las que se han profundizado en la medida que la Presidenta Michele Bachelet y su gobierno han ido perdiendo aprobación ciudadana.
Clave 2: EL DESAFIO DE “CHILE VAMOS”: Otra realidad muy diferente es la que enfrenta el ex Presidente Piñera. Lidera las encuestas, es el más probable ganador de las primarias del sector y se encuentra en una posivión expectante para los comicios de noviembre. Piñera continúa lidiando con sus problemas de conflicto de interés y, cada cierto tiempo además, su propia personalidad le hace zancadillas, como en estos últimos días. Pero su mayor dificultad parece venir de la esencia de su propio sector. Veamos:
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Sebastián Piñera puede dar garantía a quienes prefieren hoy la experiencia, lo conocido, en tiempos de incertidumbre. Pero asegurar la victoria requiere que su alternativa sea capaz de responder al desafío de desprenderse del ancla del pasado para representar a una derecha moderna, progresista, capaz de hacer una oferta acorde con las nuevas demandas que enfrenta la sociedad chilena. Hasta ahora, el único candidato de derecha que ha construido este mensaje es Felipe Kast. Con seguridad, una apuesta para el futuro del sector.
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Es evidente también que, a diferencia de lo sucedido durante su candidatura presidencial anterior, uno de los principales partidos que lo apoyan, la UDI, no está en esta ocasión dispuesta a tranzar en sus principios conservadores ni en la defensa de lo hecho durante la dictadura. El ex Presidente se ve enfrentado, por tanto, a una candidatura impedida de encontrar consensos internos para comprometer un programa moderno y con avances en mayores grados de democracia, mientras arrastra el lastre del pasado.
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Clave 3: FRENTE AMPLIO, ¿TODO DE NUEVO?: El Frente Amplio por su parte, ha desplegado una estrategia inteligente, con dos candidaturas que les ha permitido participar de las primarias, asegurando así el financiamiento estatal en esta etapa y un mayor conocimiento de su figura principal. Los jóvenes, históricamente, han estado llamados a “correr el cerco” de lo posible. En Chile y en las democracias del mundo, ha sido la juventud de izquierda la que desafía el conservadurismo en las sociedades y plantea nuevos desafíos a las clases gobernantes. No obstante, cuando dichos jóvenes abandonan la lucha de pancartas y comienzan a ocupar los espacios que otorgan los sistemas democráticos para hacer realidad sus sueños y postulados, suele ocurrir que se dan cuenta de las dificultades que existen para concretarlos. Priorizar el bienestar general muchas veces significa postergar los intereses de algunos, por mucho que estos últimos sean mucho más activos en la expresión de sus demandas.
Sánchez ha dado una sorpresa en las encuestas, lo que ha ilusionado a sus adherentes con la posibilidad de un triunfo. Tiene el Frente Amplio una opción real de triunfo en estas elecciones?
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Beatriz Sánchez no le teme a ningún tema, pues no tiene pasado político. Se muestra así, como una candidata de manos limpias, que ofrece cambiar la forma de hacer política. Debilidad principal de la candidata del Frente Amplio es, sin embargo, precisamente no tener experiencia política y desconocer, por tanto, las reglas del juego democrático. Su Hoja de Ruta intenta dar respuesta a todas esas manifestaciones, lo cual no resulta creíble para una gestión presidencial de cuatro años.
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Paradojálmente, otro escollo que enfrenta la opción del Frente Amplio es el estado de desconfianza instalado en la ciudadanía. A pesar de que Sánchez representa una candidatura que aparece despegada de los problemas de desprestigio de la clase política actual y ofrece un Chile nuevo, lo cierto es que el exceso de expectativas le resta credibilidad. La sociedad chilena tiende a ser más bien conservadora y, particularmente luego de esta última experiencia, prefiere los cambios moderados que no pongan en peligro sus certezas.
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En resumen, se trata de una candidatura que, aunque desborda una mística que se extrañaba, tiene demasiados espacios de incertidumbre. Lo que no significa que, si hacen bien las cosas, no puedan hacer el camino para constituirse en una opción en el futuro.